jueves, 27 de octubre de 2011

Fábula y paralogía como horizonte de la posmodernidad: Muerte de las metanarraciones y disensión en la heterogeneidad



El término posmodernidad ha generado un debate caleidoscópico que comprende campos que van desde el arquitectónico y estético, hasta el científico, el filosófico y sociopolítico, que ha sido comparado con un dibujo encriptado o con un puzzle. Una de las cuestiones esenciales al estudiar el pensamiento posmoderno es contestar a la pregunta ¿qué es la modernidad? En el sentido clásico, la Modernidad es el orden social surgido tras la Revolución e Ilustración francesa, cambios que se habían gestado desde mediados del siglo XVI con el Renacimiento. La Ilustración francesa, bajo el paradigma del racionalismo cartesiano, articuló un proyecto de emancipación a fines del siglo XVIII, concediendo una función determinante al ámbito racional del hombre, guiado por los principios de libertad e igualdad. El proyecto de la modernidad superaría a la ignorancia y la servidumbre por la constitución del individuo como ciudadano ilustrado. La consolidación del Estado-Nación y la Revolución Industrial en el siglo XIX, constituyen el referente del corolario de la modernidad: la fe en el progreso, espíritu que recorre la filosofía de Hegel y el positivismo decimonónico. Capitalismo, tecnología y progreso son, en este sentido, tres referentes esenciales de la modernidad. En el ámbito estético, este espíritu se materializa en el campo arquitectónico con el surgimiento del Art Nouveau, que empleaba elementos industriales como el ladrillo rojo y las estructuras de hierro, representación en clave futurista de los logros de la ciudad en términos de industria y progreso. Más adelante, este modernismo arquitectónico sería continuado por Le Corbusier en Francia y la escuela de la Bauhaus en Alemania. Racionalidad instrumental, individualidad, secularización, burocratización, producción científico-técnica, industrialización y progreso, son palabras que caracterizan a la modernidad.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Gianni Vattimo, La sociedad transparente (1989). Pensamiento posmetafísico y la estética del desarraigo-oscilación


Ruth Otte, en la Enciclopedia de obras de filosofía, nos dice que Gianni Vattimo es un destacado representante de la filosofía italiana contemporánea. El núcleo de su pensamiento filosófico es la crítica a la metafísica y a la modernidad repensando la filosofía nietzscheana y heideggeriana. Nació en Torino en 1936, estudió a los clásicos bajo la conducción de su maestro Luigi Pareyson, y posteriormente a Heidegger y Nietzsche, bajo la dirección de H.G. Gadamer, como becario en Heidelberg desde 1961. Teresa Oñate, doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, señala que desde 1964 es profesor de Estética en la Universidad de Turín y desde 1982 profesor de Filosofía teorética en la misma universidad, y de 1982 a 1984 director de la Facultad de Letras de Turín. Por otra parte Gianni Vattimo ha ejercido como profesor invitado en distintas universidades estadounidenses e impartido lecciones en universidades europeas y latinoamericanas. Ha participado en el debate cultural y político de Italia en su calidad de columnista del periódico La Stampa, además de participar en debates con filósofos españoles, particularmente publicados en el diario El País. Entre sus obras principales están La aventura de la diferencia (La avventure della differenza, 1980), El pensamiento débil (Pensiero debole, 1983), El fin de la modernidad (La fine de la modernità, 1985), La sociedad transparente (La società trasparente, 1989) y Ética de la interpretación (Etica dell´interpretazione, 1996).